Barcelona, Bruguera, 2008INEO600019813b

«Experiencia es el pasado resumido en una frase clara y perfecta como un eco.»

Quien ha escrito estos poemas, autora considerada entre los escritores menos ortodoxos y estéticamente más libres de la actual literatura en lengua española, es, ante todo, una alquimista del verbo. Radical en el tratamiento del amor y del desamor, del cruel pasar del tiempo por el alma y por el cuerpo; en su obra pasión, belleza y dolor estallan merced al poderío del lenguaje.

Lectura de poemas por Mayte Martín, presentación junto con Peter Bush, traductor y la editora Ana María Moix.

SEGÚN LA CRÍTICA

«Este poemario es todo un desafío dentro de la tradición poética española. Sólo hay que pensar en el título del libro, Poemas impuros, que recuerda los poemas puros de Juan Ramón Jiménez. Pero los poemas de amarga mujer iluminada de Nuria Amat están a años luz de la sensibilidad afectiva del Diario de un poeta recién casado. Poemas impuros son varias voces de mujeres en diálogo con padres, madres y maridos, sus amantes y con las amantes de sus esposos, un universo original de heterónimos que indagan en su alma con cruel bisturí: escenas dramáticas, aforismos, conversaciones de sobremesa y de post-coito. La poesía de la poeta maldita del siglo veintiuno.» Peter Bush, traductor de Reina de América

«¿En qué sentido son impuros estos poemas que con energía tan pura me hablan de eros, del envejecimiento y del lenguaje, planteándome un interrogante al que, según se me advierte, no debo intentar responder? No lo sé. Pero sí sé que las palabras de Nuria Amat me fascinan tanto que las interiorizo para traducirlas a mi propia lengua.» Carol Maier, traductora de María Zambrano y Rosa Chacel

«El presente libro es una obra notable, en verdad excepcional. Se trata de una colección consagrada, en un grado absoluto y obsesivo, al tema amoroso. La pasión erótica es examinada con tanta intensidad como minuciosidad. La sensación de que estos poemas, generalmente breves, son parte de un diario íntimo se acentúa porque carecen de título: son como fragmentos de un discurso amoroso, de una angustiosa reflexión cuyo flujo no tiene principio ni fin. […] Esa morbidez, esa exasperación, esa zozobra visceral crean un clima que nos recuerda la poesía de Alfonsina Storni (en sus libros maduros), Alejandra Pizarnik, Emily Dickinson o Blanca Varela, voces que comunican la tortura recóndita de la pasión amorosa.» José Miguel Oviedo, ABCD. Las artes y las letras

«Todo palpita vitalidad descreída en estos poemas directos y sabios, con los que Amat (definitivamente) deja de ser prosista a secas.» Luis Antonio de Villena, El Periódico de Cataluña

Barcelona, Bruguera, 2008

Experiencia

es el pasado
resumido en una frase
clara y perfecta
como un eco.
Quien ha escrito estos poemas, autora considerada entre los escritores menos ortodoxos y estéticamente más libres de la actual literatura en lengua española, es, ante todo, una alquimista del verbo. Radical en el tratamiento del amor y del desamor, del cruel pasar del tiempo por el alma y por el cuerpo, en su obra pasión, belleza y dolor estallan merced al poderío del lenguaje.

¿En qué sentido –se pregunta Carol Maier, la gran traductora de María Zambrano y Rosa Chacel- son impuros estos poemas que con energía tan pura me hablan de eros, del envejecimiento y del lenguaje, planteándome un interrogante al que, según se me advierte, no debo intentar responder? No lo sé. Pero sí sé que las palabras de Nuria Amat me fascinan tanto que las interiorizo para traducirlas a mi propia lengua.